El motivo de ser tan rotundo al afirmar que los sistemas inalámbricos no son tan seguros como los cableados es debido a que la detección del sabotaje de las comunicaciones en los elementos de los sistemas cableados es casi inmediata, en cambio, en las comunicaciones inalámbricas esta detección varía entre fabricantes y entre posibles configuraciones que realice el instalador. La pérdida de supervisión de los elementos vía radio tiene un límite de tiempo que nunca se puede superar debido a la norma EN-50131, que en GRADO 2 el tiempo máximo de supervisión de elementos estipulado es de 120 minutos. De este modo, podemos asegurar que en el peor de los casos un detector puede ser eliminado y el sistema tardará 120 minutos en detectar su ausencia, este tiempo es más que suficiente para entrar y salir de, por ejemplo, un bar y llevarse unas botellas y lo que haya en la caja registradora. Pero... ¿cómo va a saber cómo sabotear las comunicaciones de los elementos vía radio un ladrón que roba en un bar? Este perfil de ladrón no lo sabrá nunca (si lo sabe seguro que roba en otro lugar), por eso estos sistemas sin cables, baratos y rápidos de instalar son los ideales para este tipo de aplicaciones. En cambio, en un banco, en una estación de servicio o en una joyería este tipo de sistemas no se deben instalar nunca ya que están catalogados en GRADO 3 y no existen elementos de detección vía radio con certificación en GRADO 3.
Tras esta explicación, puede parecer que un sistema vía radio es poco seguro, pero diseñado e instalado por profesionales de la seguridad nos garantiza que funcione como se espera y que ante un intento de manipulación o sabotaje por un intruso de perfil medio el sistema será capaz de detectarlo.
Como siempre, mi recomendación es que el asesor en seguridad es el perfil profesional que puede aconsejar qué tipo de instalación realizar en función del riesgo y del posible perfil del intruso.